

Imperio Hartstahl Darheim
Pagina de rol
Nombre: Heittzer Hartstahl Gebet.
Nombre real: Heittzer fulghe Weinen
Lugar de nacimiento: Núremberg, Alemania.
Nacimiento: 21 de abril de 1728.
Abrazo: 13 enero de 1756.
Sexo: Femenino.
Nacionalidad: Alemana.
Edad Real: 289 años.
Edad Aparente: 28años.
Raza: Vampiro.
Línea de sangre: Hija de la cacofonía.
Título: Emperatriz de Hartstahl Von Darheim.
Sire: Desconocida.
Generación: 7ma.
Estatura: 1.77
Peso:68 kg
Caracteristicas fisicas:
Albina de ojos azul cielo muy claros ligeramente rasgados expresivos y profundos, una tez sin duda pálida con unos leves destellos color salmón, un rostro grácil y ovalado usando un leve maquillaje acompañado de unos sensuales labios, cabellos largos y blancos como la nieve que reposan sobre su excesivo busto que provocara que mas de uno se distraiga.
viste siempre de acuerdo a su época al estilo victoriano u otras variaciones llamativas que refleja su elegancia y fastuosidad siempre se muestra ensortijada a donde quiera que vaya. con un semblante sereno.
Caracteristicas psicologicas ;
Por su comportamiento tranquilo trata de evitar conflictos con otros vástagos, en lo que ella respecta, es una total perdida de tiempo. Es Paciente y tolerante hasta cierto punto.... si no, simplemente hará como si no existieras a menos que alguien quiera presenciar como es que te estalle la cabeza como una sandia. En ocasiones suele andar deambulando por los bosques cerca de sus recintos y por sus jardines, una extraña costumbre por intentar memorizar su lugar de origen y su ultimo encuentro con su desconocida sire, lo cual con el paso del tiempo se hace notar más turbio. Mientras se encuentra fuera de sus labores como La emperatriz de Hartstahl. La Madame del burlesque se hace llamar cerca de la bahia comercial de munich.
Historia de vida y no vida:
A la luz de la luna voy andando congelando mis inagotables pies, y como bestia entre sombras me muero de sed, más a prisa y sin pauta escucho atenta una dulce y distante voz, no tendré salvación de nadie, nada…ni dios, y solo me regocijo en una profunda y eterna canción, ya no siento más dolor, en eternos sueños estaría mejor. No más rezos, no más mentiras, ya me he librado de esa agonía. En este luto estoy vagando por caminos escarchados, que con encanto en mis pasos me guió por el bosque nevado, era como si la luna fuera el sol, esa noche estaba más brillante que nunca, el viento revoloteaba las ramas de los altos pinos y enredaba mis plateados cabellos, solo continúe andando como si no tuviera un destino, ni un camino, quería olvidarlo todo, alejarme de todo. Y en aquel desconocido trayecto, a lo lejos comenzaba a percibir como se acercaba una presencia, pude apreciar en aquel instante la silueta de un hombre, seguramente cerca de aquí se encontraba algún recinto, no estaba segura lo cual obviamente desconocía, Mientras examinaba fisicamente aquella complexion masculina cuando poco a poco se acercaba a mí, por un momento a mi mente llegó el rostro borroso en mi memoria de mi padre cuando noté aquella cabellera blanca. Era un hombre con una vestimenta perfectamente bordada y detallada de la manera más elegante. Sin pensarlo más agaché mi cuerpo dirigiendome hacia él, estaba perdida, cansada de mi propio tormento y lo miré a los ojos expresándole con voz suave suplicándole socorro... ''Gentil señor…lo he perdido todo, he estado deambulando por un largo tiempo, sin poder entender mi extraño cuerpo, y la melodía incesante que retumba en mi cabeza. Soy una mujer humilde ... que se me inculco más que mentiras, los seres humanos y las injusticias de los mismos que me enseñaron el bien son más que falsedad, palabras vacías...Ratas cobardes y traicioneras, roban, engañan y asesinan sin remordimientos, eso es lo que somos, y dios no escucho mis plegarias cuando lo necesité, poco se puede salvar de la humanidad, y yo ya no poseo la mía, me deje seducir por el pecado y ahora me he convertido en alguna clase de monstruo...
Terminado de decir esas palabras, esperando alguna respuesta, curiosamente aún se mantenía de pie frente a mí, tuvo la gentileza de escuchar mis palabras y no seguir su camino como la gran mayoría lo hacía, me creían una loca.
Aquel hombre me sonrió amablemente, en el ya percibía una mirada más reconfortante pero aun así no lo graba percibir alguna repuesta de su parte sólo me miraba sin cesar de arriba para abajo como si estuviera intentado entender mi situación, hasta que dé el salieron unas calidas palabras dirigidas hacia mí las cuales decían.
Vaya... sin duda una hermosa criatura es muy raro ver algo así, más en estas circunstancias, pero me alegra de cierta manera toparme con semejante ser, no logro percibir si se trata de un Ventrue aunque es obvio que no por las circunstancias en que está, igual puede ser un toreador aunque evidentemente igual carece del sentido hedonista de ellos, una especie de mezcla que resultan hermosas a la vista, además de una voz tan tenue fuerte perfecta, es increíble jamás me había topado con alguien así, con una hija de la cacofonía, las míticas sirenas que pensaba eran solo rumores, no sé si lo sea, pero si existen deben ser lo más parecido a usted vástago neonata, no se me ocurre mejor comparación.
En otras circunstancias créame que una mujer de su edad y condiciones ya hubiera estado muerta por mi propia mano, mujer joven hermosa, pero la cuestión aquí es que es diferente, un ser digno de mi admiración y que considero no merece estar en esta situación, por lo que le propongo un trato... usted puede seguir deambulando por aquí hasta su muerte por agonía o hasta que cause algún desastre que nos exponga y yo tenga que buscarle, para enviar a alguien acabar con lo que cree es vida. O la segunda opción... es que venga conmigo, la llevare a un lugar donde puede estar más segura y tranquila, donde le puedo explicar detalladamente de usted misma, todo lo que desconoce, para que comprenda y controle ciertas reglas que debe seguir al estar conviviendo en esta sociedad como lo que ahora es, en caso de que quiera la segunda opción le diré a mi mayordomo para que prepare otro lugar en mi carruaje y le lleve a mis aposentos, si no, simplemente será un desperdicio de algo tan especial. Aun así no será el fin del mundo, así que me tiene sin cuidado, la decisión es suya. Después de decir todo eso esbozó una leve sonrisa mirándome a los ojos y atendiendo su mano hacia mi como esperara.
Enseguida mis parpados se alzaron con una mirada muy expresiva casi brillante, sorprendida por la oportunidad dada y el cálido recibimiento, sin dudarlo, acepte su propuesta de seguirlo a donde fuera, agradeciéndole enormemente, aun con mis estropeadas manos, ambas sostuvieron la suya que extendía frente a mi apretándola como un niño se aferra a una madre. Detras de él yacia a unos pocos kilómetros el dichoso carruaje segundos después fui soltando su mano poco a poco y me dirigí junto a el al carruaje sentándome algo cerca de la ventanilla, un tanto avergonzada de mis vestiduras poco agraciada, acercaba mi vestido hacia mí como si me quisiera envolverlo en mis piernas y recogía mi desordenado cabello. ‘’Es muy gentil al llamarme una criatura hermosa viéndome en tal estado’’ dicho eso lo miraba discretamente a cada parte de su físico. Era hermoso escultural y de muy buen gusto, aquello parecía una figura masculina que se había escapado de la pintura del cuadro más precioso.
Guardé silencio por unos minutos y comencé a explicarle durante el trascurso del viaje hacia el recinto lo que había ocurrido tiempo atrás tratando de recordar aquel tormentoso momento.
Nací en un pueblo llamado Núremberg, mis padres le dedicaron toda su vida al cristianismo y al estudio del mismo guiándome desde que tengo memoria en aquel religioso ambiente, Mi madre murió de una enfermedad años después cuando cumplí 15 años, mi padre siguió cuidándome y protegiéndome a todo momento, Ernest fuhlge mi padre, se convirtió en el sacerdote de una gran basílica que se encontraba en Núremberg, él siempre estaba a mi tutela junto a las demás hermanas del convento instruyéndome en todo momento, la música sacra y el canto gregoriano era muy practicado e inspiraba mucha tranquilidad a los pueblerinos, siempre estábamos al cuidado de niños abandonaos y recien nacidos que los padres dejaban a su suerte en las calles oh a las puertas del convento por falta de recursos oh por alguna otra causa. Recibíendo adecuadamente un techo, alimento, educación y un hogar.
Cumplí los 27.... Todo comenzó una noche como cualquiera... yo me encontraba despierta, siempre era la que se dormía a altas horas de la noche, meditando y pidiendo bienestar por los míos. Mi padre, unas semanas antes había conversado conmigo sobre un rumor de que un grupo de hombres y mujeres pertenecientes de la basílica, nos habían traicionado dando información a una extraña organización, ya que estaban hartos de nuestro simple modo de vida, así que seguramente tendríamos que cerrar oh abandonar la catedral, No poseíamos ninguna defensiva oh protección tarde oh temprano algo ocurriría. Esa noche estaba muy intranquila recordando lo hablado con mi padre, no lograba conciliar el sueño inclusive dada la hora en la que siempre me iba a la cama, solo me quedé observando la tranquila y silenciosa noche y la calidez que las velas rodeaban mi habitación entonando y tarareando la melodía que siempre les cantaba a los niños, intenando calmar y organizar mi mente.
En esos escasos momentos de tranquilidad mientras estaba en mi propio mundo. Los invasores de los cuales hablaba mi padre, yacían entrando sigilosamente en el convento, ni siquiera a muchos de los ya en sueños les dio tiempo de poner un pie bajo la cama. De pronto un escalofrió agudo recorrió mi espalda hasta la nuca cuando escuche el grito de una de las hermanas que provenía de las otras habitaciones, dejé de tararear de golpazo, en ese instante me volví más pálida de lo que ya era de aquella impresión, el escándalo se intensifico poco a poco por todos los pasillos hasta que todo el convento se volvió un cáos, cuando salí rápidamente de mi habitación, lo que pude observar fue un montón de hombres vestidos de negro con una clase de mascara, asesinando a todos a su paso, inclusive los niños, muchas mujeres y niñas fueron llevadas como ganado. Me apresure a llegar a las habitaciones más alejadas del frente para llevarme a los pequeños que se encontraban ahí socorriendo a un pequeño grupo a una salida trasera que solo mi padre y yo conocíamos, nadie entraba allí, era nuestro lugar secreto donde había cosas personales de mi difunta madre y objetos de valor familiares. Escapamos por una puerta que llevaba a un pasadizo bajo tierra con una única salida a los bosques, íbamos ya por medio camino cuando ellos se dieron cuenta al cometer el error de dejar la puerta abierta, registraban y saqueaban todo a su paso, eran demasiados y se movían a gran velocidad, a lo lejos parecían como sombras, así que le ordene a mis niños se dispersaran por todo el bosque lo más rápido que sus pequeñas piernas pudieran soportar, solo basto unos segundos que ya se podía escuchar en diferentes direcciones, uno tras otro, los chillidos y gritos de los niños que al instante lograban ser alcanzados aniquilando uno por uno al momento, me eche a llorar mientras seguía sin parar, solo deseaba que todo lo ocurrido hubiera sido tan solo un sueño y solo estuviera dormida en casa.
Poco a poco todo se tornó en silencio, no escuche nada más que mis pasos y
las ramas que rasgaban mi vestido y mi piel, ya no aguantaba el agotamiento había recorrido una larga distancia, me derrumbe en el suelo del cansancio mirando hacia el cielo despejado que poco a poco se volvía de noche hasta cerrar mis ojos, estaba demasiado cansada así que me quedé profundamente dormida sin importar nada.
La mañana siguiente el ambiente estaba helado, nublado y todo envuelto en rocío, me puse de pie quitando los restos de suciedad en los pliegues de mi vestido, continúe avanzando un largo camino, tenía una vieja amiga la cual había dejado núremberg hace bstante tiempo, ella se dedicó a el teatro y la ópera en Fráncfort y tal vez podría refugiarme con ella, mientras emprendía mi viaje tuve que robar algunas prendas y alimentos en pequeñas cabañas que me encontraba en el camino, tenía que esperar a que las pequeñas familias se ausentaran para poder hurtar lo necesario, no me sentía orgullosa de ello... pero no tenía alternativa. No deseaba pedir ayuda ni contarle a nadie lo sucedido, muchos solo piensan en sí mismos y serían capaces de traicionarme nuevamente. La compañía de la naturaleza me mantenía en calma, Viajar fuera de la ciudad me hacía sentir un poco más segura, pensar en la muchedumbre me agobiaba y sentía un poco de incertidumbre y persecución al ser la única que logro librarse, no quería toparme con ellos una vez más.
Por un prolongado, pausado y agotador periodo camine entre bosques interminables, cuando oscurecía sentía muchisimo temor, aun creía como si alguna presencia me rastreara en el camino, tal vez era solo mi imaginación, esas noches mi única calma era cantar aquelas melodias para no hacer mucho caso a los incontables sonidos de los animales y mis inquietantes pensamientos que no me ayudaban en aquella difícil situación.
Aunque algo extraño ocurría cuando iniciaba a cantar… otra vez era esa sensación de que algo se mantenía cerca, algo me observaba, no había nada allí, pero lo sentía, en mi cabeza era una vibración que aumentaba mi intranquilidad, en algún momento esperaba que emergieran aquellos seres, al hacerse era más intensa, aquella sensación, escuché una voz de una extraña mujer, ella me llamaba, se acercaba cada vez más directamente hacia mí, me tomo por completo la sorpresa, no estaba segura si aquella entidad pertenecía a la misma organización, ningún otro sentido tendría, por qué una mujer estaría en este lugar, de un momento comenze a sentír un extraño sentimiento de calma, no quería moverme, no podía visualizar nada aún, hasta que.. de las sombras emergió, lentamente fijando su mirada en mí, su figura fue aclarándose con la tenue luz de luna, sus cabellos ondulados parecían color carmesí y sus ojos eran como esmeraldas brillantes, llevaba una vestimenta muy ligera, me parecio ser una bata de dormir color blanco de tela de algohdon un tanto transparente. me sonreía, creí que era un fantasma y en su rostro expresaba la satisfacción de haberme encontrado. ‘’Mi dulce…Heittzer….’’
Dijo suavemente y con serenidad , casi como si lo hubiera pronunciado directamente a mis oídos. ‘’Me has embelesado… siempre te he escuchado, siempre te he observado, he sido testigo cada momento de tu vida, la arrulladora melodía que tu voz libera, y la paz que habita en ella, estoy feliz de que aún estés con vida, por suerte no te alcanzaros aquellos lasombra... Esos infames... alabando a ese dios sordo de los cielos’ sólo para revesar sus fieles seguidores y recipientes …’’he estado esperando este momento desde tú nacimiento mi pequeña avecilla albina, Todo este tiempo te he estado siguiendo, ya... ha llegado el momento’’
Después de sus palabras, quedé totalmente confundida, no tenia idea de quién se trataba, seguramente era alguna hermana a la cual ignoraba en mis días en el convento. inmediatamente antes de que le dirigiera la palabra comenzó a cantar, elevando y elevando suavemente su voz cómo una bella sirena del mar, y así como los marinos atontados al escuchar no la pude evitar, me dejo idiotizada, no podía hacer nada, sentía un incontrolable anhelo por seguirla, liberar todo el dolor y el miedo que llevaba dentro, esa noche se convirtió en una sinfonía cantica que duro unas cuantas horas, olvidé completamente todo a mi alrededor, lo que estaba haciendo y tenia pensado hacer. Solo una eterna canción que acompañé junto a ella que me hacía sentir prospera, encerrada en mi propia capsula de dulces notas nos desnudaba como ninfas del bosque. Nada importaba ya, no quería que terminara, la mujer me envolió en cantares y abrazos clavando sus prominentes dientes en mi alzacuello succionando poco a poco mi sangre, así mismo me dió de beber de la suya, no sentí tortura alguna, estaba envuelta en un sueño que se volvía cada vez más turbio, el eco de su voz se alejaba cada vez más y se adentraba un etéreo canto en mi mente, así permaneció, no lograba librarme de el ni aunque estuviera dormida. lo último que recuerdo cuando nuevamente abrí los ojos era esa incesante melodía, estaba derrumbada nuevamente en el suelo mirando al cielo, mi cuerpo se 'sentía' diferente, oh más bien...Ya no sentía nada...había cambiando completamente, con el paso de las horas, era completamente como una muñeca, mis sentidos se agudizaron, agregando la insoportable sed que sufría, la mujer ya había desaparecido por completo ni tuve tiempo de hacerle preguntas. No podía beber agua, no podía comer nada, las provisiones que había asegurado para el viaje apenas y sentía el sabor de los alimentos, provocando que lo vomitara al instante, el único anhelo que mi paladar deseaba saborear era la sangre, no sabía que hacer así que comencé a buscar incontrolablemente algún recipiente...algún animal del cual alimentarme, a lo lejos pude notar que el amanecer se aproximaba, el sol se iba elevando lentamente, al topar los leves rayos del sol en mi piel, me dio la peor bienvenida… El sol se convirtio en algo indeseable, provocándo sólamente ligeros daños en mi piel, ya que apenas era el amanecer. Así que estuve vagando y sobreviviendo todo este tiempo, viviendo en cuevas, entre árboles y sitios abandonados, evitando cualquier criatura extraña alimentándome de animales. no solía hablar mucho con las personas porque era insoportable aquella sed, ellos me notaban veían diferente… ademas mi aspecto poco reluciente no ayudaba, tampoco se acercaban a mí a sus ojos era una mujer demente y perdida, inclusive había olvidado hacia donde me dirigía en un principio, no recordaba cual era el camino...
-Pause aquella conversación unos segundos y lo mire a los ojos- ...Hasta que lo encontré a usted en el camino... mi señor… -Baje nuevamente la mirada ocultando mi rostro con mis cabellos ocultando mis ojos azul cielo detras de aquellos largos mechones- No comprendo a que se refiere con esos nombres…Ventrue...Toreador...Hija de la cacofonia... jamas he escuchado algo así, pero confiare en su palabra y sabiduria si es que la posee, me mostrará la verdad, por lo que veo... fisicamente en usted se trata de alguien importante… -lo mire fijamente a los ojos y vuelvo a inclinarme hacia adelante apollando is codos en mis rodillas- Por su ayuda y generocidad le corresponderé en lo que sea de utilidad, Yo prometo que no le desobedeceré, jamás le traicionaré, le seré eternamente fiel a donde quiera que vaya le seguiré. –Tomé nuevamente su mano y le deposite un frio beso encima de su gran anillo que tenia grabado un escudo.
El escudo Hartstahl. Al cual lealmente ella sirvio a la casa por el resto de su no vida y a su querido amado y atesorado FulSparda, un Ventrue Matusalén quien desposó a la bella dama sirena tiempo después, siguiendo las normas y leyes de la camarilla lidereando juntos en el Imperio hartstahl.



