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Reproducción

Nombre: Ewyn Hartstahl Pouvoir

 

Nombre real: Ansel Joseph Xavier de Borbón

Nacimiento: Palacio de VersallesVersalles13 de septiembre de 1751 D.C

Abrazo: Alemania,  14 de Enero de 1770 D.C

Sexo    : Masculino.

Nacionalidad: Francés.

Dinastía: De la Casa Borbón.

Padre: Luis Fernando de Borbón, Delfín de Francia.

Madre: María Josefa de Sajonia, Princesa  alemana de la casa de Wettin.

Abuelo: Luis XV de Francia, Rey de Francia y de Navarra, copríncipe de Andorra y duque de Anjou.

Abuela: María Leszczyńska princesa de Polonia y reina consorte de Francia y Navarra por su matrimonio con Luis XV de Francia.

Edad Real: 268 años.

Edad Aparente: 19 años.

Raza: Vampiro

Linaje: Ventrue

Sire     : Full Sparda Hartstahl Von Darheim

Generación: Sexta

Disciplinas: Dominación, Presencia, Fortaleza.

Nivel jerárquico: Heredero al reinado de Francia miembro de la casa Borbón, ostentando el titulo de duque de Borgoña, Segundo de los vástagos del delfín Luis Fernando de Francia

Estatura: 1,69 mt.

Peso:        55 kg.

Exclusividad: Mujeres lustre  de 19 a 30 años.

Conducta: Tradicionalista

Concepto: Aristócrata

Naturaleza: Erudito

Palabra favorita: “Poderoso”

Descripción: Como consejero del dominio Ventrue, Ewyn se dirige a sus súbditos con un halo de realeza. Siempre viste los trajes de seda más elegantes entretejidos con el mejor hilo de oro.

Cita: “Querida, no te lo estoy pidiendo te lo estoy ordenando.”

 

Características físicas:

Su apariencia notablemente ha ido evolucionando con el pasar de los años, con 268 años sus rasgos que  alguna vez fueron humanos de tez rosada con cabellos rubios han ido cambiando a tonalidades más claros, con luz artificial se nota su melena corta casi blanca y su piel ya es bastante     pálida,  sus penetrantes e imponentes ojos plateados tal mirada profunda no encontraría quien no corra su visión hacia otro lado, gusta de prendas Victorianas, época que marco su existencia como humano y la cual se aferra para recordar quien era, un singular justificativo para mantener a la bestia a raya y dar paso a ciertos aspectos de su pasada humanidad, portando siempre como accesorios capas, sombreros de copa, un bastón que sirve de funda para la espada que esconde en él, resulta curioso un crucifijo, que más de hacer honores al cristo en oraciones es un medio de distracción o arma contundente para los hombres lobo, ya que este esta fundido en plata bastante nocivo, y letal para un lobo, porta un sable en su cintura sobre la altura de su pierna izquierda y además no tiene inconvenientes en la vestimenta actual, ayuda bastante al momento de salir de viaje para concretar algún acuerdo.

Características mentales:

El enigmático Ventrue conocido como Ewyn es tan poco amable a hablar de su misterioso pasado, como lo es a descubrir los secretos de otros. A pesar de tener una red  de aliados y contactos por todo el mundo, tanto en las arenas mortales como sobrenaturales que supo forjar cuando fue príncipe de Noruega y su estancia en América en los años 40 a 80 luego de despertar de su letargo, pocos pueden verdaderamente decir que lo conocen. Ewyn es conocido como un ávido investigador de la más antigua erudición de los vástagos, habiendo estudiado junto al arqueólogo de la Camarilla Efraín de Laurent (Tremere) de New Orleans y los más diabólicos historiadores del Sabbat, del Camino de Caín siendo encubierto como un anti tribu ante su deseo de abarcar los conocimientos en todo lo que encierre al mundo vampírico y los demás seres sobrenaturales que se hacen presente en este mundo de tinieblas. Sin embargo no está demás analizar que dentro de tanta sabiduría también existe una psicosis que es la de decapitar y justificar esta acción con traición  de parte de lo que desecha y no sirve más ejemplo de esto seria,  como se manejó por mucho tiempo en Noruega desde su llegada en 1836 periodo que duró hasta finales de siglo 1890, haciendo abrazar  chiquillos por parte de generaciones más  recientes (9°, 10°, 11°) estos nuevos chiquillos usarlos de marioneta y controlarlos en su propósito y antojo de gobernar todos los ministerios, compañías, religión, política, comerciantes y expandirse en todos los rincones de Noruega siendo la cabeza de la camarilla en territorio nórdico, no obstante una vez cumplido el propósito del neonato lo liquidaba teniendo un docena de ghouls bajo su servicio.

Ewyn ha hecho algunos enemigos, como varios garou con los cuales mantuvo una prórroga de paz en suelo nórdico por bastante tiempo, ciertos cazadores de la sociedad de Leopoldo que sobrevivieron al holocausto y caída de su principado como amo y señor de Noruega y una docena de miembros del Sabbat cuando se dieron cuenta que era un infiltrado de la camarilla y no un anarquista.

Se cree que en la actualidad huyo de tierras Americanas a Europa oriental en busca de su Sire para contribuir con sus conocimientos en los dominios de su progenitor.

 

LAS RUINAS DE MI VIDA

Sentado inamovible de mi lugar dentro del carruaje que avanza deprisa por el sendero arboleado y siniestro a galope de caballo, el velo de la noche se imponía bajo la caída agobiante de un sol anaranjado que desmaya con el último brillo de luz, un día más, sucumbiendo el mismo a la oscuridad.

Mi rostro petrificado, rígido, inanimado, sin algún indicio de humanidad, mis orbes sellados sin importarle la seducción de las tinieblasy en mi cabeza un pensamiento, resuenan los recuerdos viniendo hacia a mí como una tempestad golpeando fuerte los vestigios de una humanidad que claudica y se desmorona con los años, los mismos que me transportanaquellos días cuando la tierra era joven, y yo estaba peleando por ella como todos, listo para morir por la causa, por mi Rey, por mi señor.

Ella era también mi razón de vivir, de pelear otro día más, ella era la única para mí, y era solo para mí, otro año más y me habría ido, la guerra nos estaba separando lejos, construí una casa para mantenerle ahí esperándome, esperando.

Nadie recuerda mi cara o mi nombre, en un sueño, me quedaría aquí para siempre, la lápida sobre mi tumba, palabras grabadas en vano, todas estas heridas solo se curan cuando estoy en casa, el sabor de su sangre en mi boca, y la escencia de la victoria cicatrizo mi alma de por vida, este hombre no era yo.

Arrugando los ropajes que cubren mi pecho con mi mano una intención vana de tomar mi alma entre mi puño, son mis pensamientos que me trasladan una vez más a estaba, que no todos mirarían con agrado mi buena fortuna, Henry era el hijo bastardo de mi padre fruto del amorío con su amante, concebido mucho tiempo antes de que naciera, recibió todos los beneficios que un rey puede otorgarle a su progenie, más no sería rey, se encargaría de la fuerza militar de Francia, pero no era lo que estaría su mente, era más codicioso, y las ansias de poder lo llevarían hacer cosas que jamás pasó en su joven cabeza, con 16 años de edad Francia se vio envuelta en una pequeña guerra interna, atentados hacia la corona, y amenazas, de los cuales culpaban a Inglaterra más no se sabía con exactitud el origen de lo sucedido, entonces decidió mi padre mandarme por un tiempo lejos para que no peligrara mi existencia y no tuviera que ceder luego sin heredero directo el reinado alguna otra nación con mayor poder o a la mismísima Iglesia, sin más pase dos años escondido en un convento de lo cual saque provecho instruyéndome de conocimientos en historia, astronomía, literatura y artes del combate aprendiendo a dominar el sable, era sin duda el lugar menos pensando en conseguir rastros de mí, a mi llegada a Francia ya habían cesado lo suficiente las revueltas y se celebraría un banquete por mi retorno, lo que se esperaba fuese una algarabía de ser así, se haría presente el gozo en una velada llena por la alegría se convirtió en algo turbio, el vino del rey tenia veneno ocasionándole una muerte desafortunada el peso de la corona caería sobre mí, sin embargo esto solo fue el comienzo de lo que se avecinaba,, dos días del deceso del rey la nostalgia me embargaba y en mi desahogosalía montar a caballo, tal vez fuese el destino o complot sobre el futuro rey lo que hicieron que balancín tropezara torpemente lo que acarreo que finalmente me fracturara el fémur abordando un tumor que extendería mi agravante situación y no me permitiera caminar, postrado en una cama fui intervenido para extirpar el tumor, pero además de no recuperar la movilidad en las piernas y la falta de asepsia de la época se me pronostico una “tuberculosis ósea” lo que finalmente acabaría con mi vida, o al menos es lo que hicieron creer a todo el pueblo, mi recuperación fue rápida y tuve movilidad nuevamente en mis extremidades más el vil saboteador había dado la cara, el bastardo había confabulado todo inculpando a Inglaterra de las revueltas, fue el mismo quien puso el detonante que extinguirá la vida del rey y como si fuese poco me tenía encarcelado anunciando mi muerte, su plan era malévolo despiadado, ruin, fui sometido a torturas y al olvido, se hizo como único heredero de la corona proclamándose rey de Francia y uniría la nación con quien me hubiese amado la princesa de Austria mientras me caía a pedazos en aquel frío, húmedo, oscuro, y pestilente cloaca, pero él tenía que acabar con el último vestigio no podía mantenerme más con vida y arriesgarse fue así como ordenó poner fin a mi vida, uno de los rostros que fueron por mí me era familiar me había servido en antaño, sugerí me otorgara una petición, tal vez el recuerdo en cabeza, su conciencia y los años de servicio a mi familia pensó el que salvarían su alma y concediéndome mi deseo fui llevado para mi ejecución en secreto hacia los bosques gélidos al pie de los Alpes en Alemania, avanzamos mucho camino y casi desahuciado pensé en que siempre había querido estar allí, quería conocer la villa de aquel hombre sofisticado que había hecho presencia hace algunos años en Versalles, mientras mis pensamientos me preparaban para lo eminente el aire acariciaba frío mi rostro, las hojas de los arboles danzabanal ritmo del viento en una marcha fúnebre un silencio abordo el lugar y solo se escuchó la espada ser desenvainada de su funda dando un último suspiro esperepero y para mi sorpresa un fluido rojizo comenzó a decorar el blanco suelo bajo mis pies, no era mí sangre ni mi cabeza era la de ambos verdugos que habían perecido bajo una presencia imponente con una fuerza sobrehumana que había desprendido ambas cabezas de su cuello, era difuso su rostro y ya no sabía si temer o someterme cual sumiso a el ya que estaba bastante cansado, deshidratado y casi congelándome, de pronto me extendió su mano y recito unas palabras antes de desvanecerme mirando su silueta dijo “Te ofrezco poder”.

Fue como me convertíen lo que soy, la oscuridad me abrazo y me hizo amante de la noche y sus placeres, tenía una segunda oportunidad una segunda vida, había cedido mi alma al hijo del demonio, pero a cambio tendría el poder suficiente para luchar con la escoria que hizo de mis días un infierno y obtendría mi añorada venganza.

 

Visite luego de varias años aquel opresor bajo la lluvia de luna llena me deslice entre las sombras de su alcoba mientras observaba con el fulgor de las fauces del infierno que reposaba bajo mis parpados al promotor de mi muerte, entrando en su subconsciente manipulé y goberné su sentidos causando terror en su mirada y postrándose a mis pies, comenzó a recitar fraseadas que ignore y le exclame.

 

  • Escoria no me llames más por aquel nombre que cegaste con miseria, no eres más que las bestias que habitan en el pantano, deberías estar con ellas o tal vez deberías mejor servirle como alimento, tu sucio deseo por alcanzar tus propósitos egoístas dejaron una secuela de muerte a su paso y seré yo quien acabe con tu reino de terror hoy sepultare tu legado borrándote de la historia y así nadie te recordara jamás. –

 

Tomándole por la garganta ajustando con bastante fuerza sellando mi mano le levanté del suelo mientras medirigía hacia el ventanal, la noche me acobijaba seductora con una sutil brisa sedienta del terror impregnado en los ojosdesorbitantes que me observan con pánico y sin habla, con esfuerzos vanos por desprenderse de mí, ahogando todos sus triunfos y su reinado en mis manos, ahora serian míos, ahora le pertenecerían al asesino que hoy roba sus sueños, su vida, su alma entregando su conciencia al abismo del cual formare parte en el fin de los días, mi mirada penetra colérica en su rostro horrorizado y desgarro con mis colmillos parte de su clavícula dejándolo caer hacia el vació, poniéndole fin y darle el paso a gobernar a Luis XVI de Francia hermano deldifunto rey manteniéndose el linaje, y yo por mi parte siendo acogido en su Imperio bajo el velo de quien fuese mi sire ahora Ful Sparda Hartstahl apellido que más tarde tomaría para servir al Imperio que lleva su nombre como príncipe de las tinieblas.

 

Mis días como vástago

 

El recuerdo se desvanece al abrir mis orbes y observar por la ventanilla del rustico carruaje a lo lejos una empinada ladera que conducía hacia la cima oscura que desprendía destellos de luz, corrí la cortina nuevamente y una curva en mis labios se mostró estaba ya casi en casa, el único hogar que reconozco ahora, bajo la tutela del apoderado terrateniente y tradicionalista que me escogió alguna vez para ser parte de la progenie de la noche, la primera vez que le vi, se cerraba tratados comerciales que solidificarían laeconomía de varias naciones incluida la de Francia, su presencia en Versalles no era la de cualquier marques, noble o comerciante, precedía de un linaje muy antiguo lleno de historia y leyendas en el territorio teutón, pude observar su imponente figura y una presión abordaba la sala como si siguiéramos la orden a pedido de boca impuesta por el, recuerdo que mi padre en vida solía dejarme interveniren este tipos de dialogo decía que tenía que irme preparando y conocer el medio si heredaría la corona algún día,se me hacía ahora complicado creer que aquellas leyendas eran reales y su linaje concebía la inmortalidad su reinado iba más allá de portar una corona y declarase rey de una nación era máspercibible pero menos tangible, dominaba con palabras versátiles imponía su presencia conseguía lo que quería y si era de blandir su acero no titubeaba en estado natural más detrás de eso sabía que los persuadía con poderes que no conocía pero podía percibirlo con mis nuevos ojos de vampiro, lo veía frasear en cada reunión queasistía aprendiendo de el con la observación, y se me hacía costoso alguna veces causándome frustración no poder acompañarle, esos días eran los que tocaba luchar con mi demonio, el que resonaba en mi cabeza y en mi esófago, el mismo que era mi cómplice y mi aliado en los momentos de clímax que me exaltaba al disfrutar de la muñeca o la carótida de una hermosa joven aristócrata que me encantaba seducir haciéndola sucumbir a mi hipnosis valiéndome de ciertas artimañas que iba desarrollando con los años, recuerdo el primer bocado, la primer víctima como ningún otra, es como aquella droga que disfrutascuando la pruebas por primera vez, solo esa sensación con tanta entrega y pasión, si.. claro que si.. lo recuerdo en el momento de mi transición luego de ser abrazado como cada uno de mis órganos y entrañas morían una a una, vivo y consiente de como moría mi cuerpo, mis fluidos secándose y el silencio, un solo silencio vació, para despertar con una sed incontrolable quemándome la garganta con un instinto de alimentarme como se tratase de un animal, tenía que escoger bien porque sería la manera de que me alimentaria por la eternidad, así vive por aproximados 60 años en tierras teutonas era un neonato aún pero bastante entrenado y pulido por el mismo emperador quien me mostró que hasta en la no vida los peligros eran eminentes y nosotros teníamos cierta persuasión ante otros por proceder de un linaje de vampiros que mantenía un equilibrio entre las demás masas, que eran como ovejas a la espera del pastor para guiarles y enseñarles que hacer, me tenía destinado lo que no pude en vida, gobernaría bajo sus enseñanzas unas tierras que eran vírgenes para los demás vástagos y ya se había hecho un frente en ellas.

 

Noches en Noruega

Y fue así como despegué lejos de Alemania a tierras desconocidas para mí, llenas de misterios y supersticiones, pude acomodarme y asentarme en un viejo castillo de mortales los cuales se me hizo fácil dominar sus mentes débiles, hice cada cosa que aprendí en Hartstahl, moviéndome sigiloso en cada decisión que cambiara el curso de la historia de esta nación bajo el anonimato, haciéndola prospera por mucho tiempo, para los mortales pasaba desapercibido pero para la mascarada ya era un hito, acepte la convivencia de clanes con afinidad a la camarilla convirtiéndome por convicción propia en el fundador en Noruega y Suecia de la secta, ya con varias décadas dominaba todos los rincones de la nación estaba inmerso y tenía ojos y sirvientes en la política, en el comercio, la Iglesia, la policía, pero bestias del bosque no miraban con buenos ojos el avance industrial y promulgaban que este mismo avance acababa con sus recursos y los alejaba de sus adentros, se libraron varias batallas que detonaron en guerras, el pánico invadió a la sociedad mortal y llegó a oídos lejanos que pusieron atención a los acontecimientos en Noruega, sin embargo tenía que pensar con inteligencia ya dominaba mortales y vástagos por debajo de mí, la guerra no me convenía porque solo llamaría la atención de todos y pondría en juego la mascarada, tantas noches de trabajo y planificación no podía desecharlas años de esfuerzo no podían acabar, así que hice lo que nunca antes algún otro vástago se hubiera atrevido hacer, negociar, dar cobijo y protección a los territorios de los lobos, estaba claro para ellos que ambos bandos ganaríamos de la única forma, aunque no fuese lo mejor, aunque en su letanía no fuese correcto aliarse con el wyrm sería lo más sensato o al menos eso los detendría un poco hasta encontrar la manera de acabar con esa peste.

 

Destierro y Letargo

Noruega, 1860. La tempestad avanzaba y nuestras                                                                                                                              tropas seguían el rastro cauteloso, aquel invierno estaba diezmando parte del grupo, pero había que dar con el objetivo, la tormenta era abrazadora, el clima ayudaba poco, no podíamos ver entre la lluvia frente a nuestros ojos, los caminos eran difíciles de atravesar y el hecho de que nos observaran hacían más difícil desplazarnos, ligados solo aún solo indició de la existencia de tal ser descrito por un morador que habría presenciado las figuras de demonios que habitan entre nosotros, aquel habría retratado un boceto con la indicación de aquel asentamiento y la figura pálida casi cadavérica de aquel monstruo parido de las entrañas del abismo, la gloria de cristo nos acompañaba éramos pocos pero suficiente para erradicar al diablo, me detuve divisando al pie del tétrico castillo el boceto y sus alrededores daban con el mismo mientras un pequeño grupo que se había adelanto retornaba para informar 

 

  • Sir Doyle Pasolini, hemos dado con el objetivo será fácil emboscarle y con suerte purificaremos su alma pecadora en la horca –

 Solté una pequeña sonrisa burlesca y decidí ilustrar al joven de infantería.

Te comentare sobre nuestra Sociedad, no perteneces a cualquier régimen de combate, escucha atento.

Y el ángel me dijo con voz potente. Muchos son los hijos de Dragón, la Serpiente, el gran Satán, y están ahora entre vosotros. Os digo, siervos de Cristo, que la Parousia está cerca, que el Segundo Advenimiento está al llegar. Los hijos de Dragón siguen creciendo y multiplicándose, y son una herida sobre la tierra. Y somos el bálsamo para su herida: debemos limpiarla con fuego y purificarla, y entonces la tierra estará lista para la Parousia, y todos seremos juzgados dignos.
– Leopoldo de Murnau, ‘El Testamento de Leopoldo’

Pero esto, sin embargo, no es su mayor maldad. Estos seres amenazan a algo más que el cuerpo humano… su objetivo es nada menos que el alma. Para combatirlos, la Inquisición debe utilizar cualquier herramienta, no importa cuán repugnante sea u ofensiva sea.

Es la Voluntad de Dios.

Uno de los primeros en ser honrado con los sagrados deberes de la Inquisición fue Leopoldo de Murnau, un maduro dominico de origen bávaro conocido tanto como por su santidad como por su ardor. Ya muy pronto en su carrera como inquisidor, Leopoldo muy pronto encontró pruebas directas de la existencia de criaturas sobrenaturales; llegó a la conclusión de que aquellos diabólicos agentes del infierno – ¿pues qué otra cosa podían ser?- eran amenazas muchos más importantes y peligrosas para la fe que los simples herejes. De hecho, Leopoldo consideraba que el aparente incremento de la actividad sobrenatural era un signo de la inminente Parousia, el Segundo Advenimiento, en el que Jesucristo volvería para combatir a las fuerzas del Anticristo. Esos sobrenaturales era las fuerzas del enemigo, ya dispuestas para la batalla. Por consiguiente, Leopoldo empezó reunir una pequeña cuadrilla de inquisidores dedicados a la eliminación de los sobrenaturales. Cuando llegase la Parousia, el salvador encontraría a su ejército dispuesto y esperando recibir órdenes.

En 1231, cuando la Iglesia comenzó oficialmente el proceso de erradicación de los albigenses y demás herejes, Leopoldo abordó a Gregorio IX y le pidió una dispensa especial para combatir a los enemigos sobrenaturales de la Iglesia. Gregorio mostró sus dudas al principio, pero teniendo en cuenta la gran reputación de Leopoldo, le autorizó a fundar una sociedad que llevase a cabo esta misión. El Papa decidió que, para preservar su eficacia (y para proteger su propia reputación en caso de que fracasare), la sociedad operaría en secreto.

Los seguidores de Leopoldo era pocos, pero dedicados. Operaban como parte de la Inquisición ordinaria, pero siempre atentos a la presencia de sobrenaturales en su jurisdicción. Bajo la guía de Leopoldo, la sociedad creció en poder, demostrando más de una vez su valía al acabar con las fuerzas infernales en medio de la cristiandad.

En 1658 tuvo lugar un acontecimiento que estremecería las bases de la sociedad, ayudando a la vez a solidificar su filosofía, particularmente tal y como se extiende a la actualidad.

Raffaele Renzi, un inquisidor franciscano y abbe del cenaculum de Florencia, fue acusado de incumplir sus deberes de cristiano e inquisidor y, aún más importante, de haber ayudado al enemigo. Habían llegado a un censor rumores de que Renzi conocía la existencia de diversos vampiros, magos y hombres lobo, pero no había hecho nada contra ellos. Al contrario, decía la acusación, Renzi intentaba actuar como su ministro, diciendo que no eran distintos de cualquier otro pecador y que también merecían ser salvados. Renzi dejó que le llevasen encadenado a San Michele, sin contestar si quiera a las acusaciones.

En un juicio abierto a toda la sociedad – y que fue casi ampliamente seguido – Renzi fue acusado de haber renunciado a la Iglesia, uniéndose al Diablo y poniendo en peligro a la sociedad al revelar sus secreto. No había muchas pruebas, pero Renzi no hizo nada por defenderse. En lugar de ello, cuando se le dio la oportunidad de hablar, lo hizo con calma acerca de las almas

asustadas a las que habían salvado y atendido, y del vampiro cuya confesión había escuchado; con lágrimas en los ojos refirió cómo había administrado el sacramento de la eucaristía a aquel vampiro. Finalmente, Renzi condenó a la Sociedad por su soberbia y por no vivir de acuerdo con la Ley de Cristo, una ley de amor y perdón.

El veredicto, por supuesto, fue rápido y definitivo. Renzi fue declarado apóstata y traidor, y quemado en la hoguera al siguiente amanecer. Renzi se puso con orgullo su sambenito, diciendo que era la cruz que debía llevar por haber prestado testimonio a la verdad. “Si estoy condenado al infierno” dijo antes de ser llevado a la hoguera, “es por haber participado en vuestra sociedad, que es una bofetada en el rostro de Nuestro Señor. Que mi atavío os recuerde lo que espera a cuantos sigan vuestros pasos”.

Al día siguiente, los otros cuatro miembros del cenaculum de Renzi fueron interrogados y ataviados también con sambenitos. La mancha de la corrupción infernal se extiende fácilmente, como una plaga infecciosa , y la Sociedad debía asegurarse de que no existiese otro como Renzi: corderos con piel de lobo, por así decirlo. En reuniones privadas, los censores y el Inquisidor General investigaron a los demás inquisidores florentinos, interrogándoles sobre sus creencias y motivaciones.
Dos miembros se reafirmaron en su entrega a la misión de la sociedad, y fueron creídos sin sombra de duda. No obstante, fueron reasignados a otros cenacula, bajo la supervisión de inquisidores más experimentados y diligentes, para asegurar que ni la menor mancha de apostasía pasase desapercibida.

Pero los otros dos miembros no se mostraron tan convincentes durante el interrogatorio. Uno confesó haber sido abordado por Renzi y haber meditado sobre sus palabras, pero rechazándolas en el último momento. El otro, tras una prolongada serie de interrogatorios – u algunas amenazas de tortura, si hemos de creer en los rumores – dijo haber acompañado a Renzi a un encuentro con los cambiaformas en los bosques de las afueras de Florencia; los vio bailando alegres y desnudos, llenos de una pagana alegría. Finalmente, en un paroxismo de lágrimas, confesó haber disfrutado de trato carnal con alguno de los cambiaformas, machos y hembras, para completar el pecado. Suplicó el perdón del Inquisidor General, jurando que cumpliría su penitencia de cualquier forma que fuese necesario.

Estos dos inquisidores fueron también llevados a la hoguera; aunque llevaban los sambenitos de los penitentes, se les consideró demasiado mancillados por su relación con Renzi.

Esta hecatombe hizo algo más que simplemente sacudir a la Sociedad: dio pie a una serie de debates acerca de si había esperanza de salvación para alguna de esas criaturas: ¿eran intrínsecamente malvadas o sólo defectuosas, o estaban más allá del espectro ordinario de la ley moral? ¿se aplica la moralidad que Dios requiere de los humanos a lo obviamente inhumano? Todo el cuerpo de la teología y la filosofía católicas quedó sumido en la discusión.. Parecía que un pequeño número de Inquisidores había permitido que tales pensamientos cruzasen sus mentes.

 

  • Pero entonces señor? -  Observo al muchacho con millones de dudas en su rostro y me dispongo a quitar el velo de sus ojos, tranquilo es aquí donde todo comienza, mira estos escritos aquí se encuentra todo o al menos una parte de lo que nuestra Sociedad y a la cuadrilla que pertenecemos a podido reunir suficiente información en contra de aquellos vampíricos pon atención.

CREENCIAS SOBRE LOS VAMPIROS

De acuerdo con algunos miembros de la Sociedad, los vampiros son Demonios llegado para habitar los cuerpo de los muertos. Estos demonios son astutos. Tan astutos que imitan cuidadosamente la personalidad y hábitos de las almas que han venido a reemplazar. Sin embargo, su génesis infernal es obvia y el peligro que representan los vampiros igualmente claro: cada vampiro busca crear a otro de su especie, para que otro demonio pueda caminar sobre la Tierra. Una fraternidad dentro de la Orden, conocida como los Hijos de Lázaro, está particularmente consagrada al exterminio de estos demonios.

No está claro cuándo se percató la Inquisición de la existencia de los vástagos. Los primeros encuentros debieron tener lugar alrededor de la época del concilio de Tolosa, pero la Sociedad no ha conseguido a hacerse con los registros de los mismos.

Lo más probable es que la Inquisición descubriese la existencia de los vampiros durante la cruzada albigense o la Inquisición española., épocas en las que tanto nobles Ventrue como Brujah, cayeron bajo las espadas de los cruzados. Una carta de Torquemada habla de cierto cautivo hereje que mostraba las más sorprendentes facultades de recuperación y fuerza física, pero se sentía locamente aterrado por el fuego. La carta no habla más del tema, que no volvió a ser abordado, pero es posible que este hereje fuese un joven vástago.

Cuando Leopoldo fundó la Sociedad, él y sus predecesores conocían la existencia de los vampiros y probablemente ya habían llevado a la muerte definitiva a más de uno. No obstante, poseían muy poca información acerca de la Estirpe. La Sociedad lo ignoraba todo acerca de las tradiciones vampíricas, los clanes y la mitología e historia de los vástagos. No sabían nada del conflicto Camarilla vs. Sabbat, consecuencia de la Mascarada, ni del Inconnu. La ironía definitiva, por supuesto, es que la Inquisición es la responsable de la Mascarada misma.

La Sociedad era la culpable de gran parte de esta ignorancia. Los seguidores de Leopoldo no se preocupaban por aprender nada sobre la política o la ideología de la Estirpe; lo único que les interesaba eran las misiones sencillas del tipo empalar u destruir. Es más, el procedimiento básico consistía en dos acciones básicas concernientes a las propiedades de un vampiro: tomar cualquier cosa de valor (para la arcas de la sociedad) y quemar el resto. Este resto desgraciadamente, incluía muchos valiosos diarios u volúmenes acerca de la historia y cultura de la Estirpe, que hubiesen sido muy útiles para la sociedad. Tal comportamiento incendiario no fue en la Iglesia durante la Reforma, ni en los tiempos posteriores.

No fue hasta finales del siglo XVIII cuando la Sociedad decidió reunir y estudiar los escritos confiscados a los vampiros. Desgraciadamente, gran parte de los mismos es basura pseudoliteraria: anécdotas y observaciones acumuladas a lo largo de siglos de egocéntrica categoría. La Sociedad no puede averiguar mucho de la política de la Estirpe de los textos recuperados. Sin embargo, hay rumores entre los vampiros de que la bóveda sellada de la biblioteca de San Michelle contiene al menos una copia completa del Libro de Nod.

Los Inquisidores de la Sociedad no comprenden del todo las particularidades de la fisiología vampírica. Ciertamente comprenden lo básico: los vampiros son criaturas no muertas, a veces de inmenso poder, que se alimentan de sangre. A partir de aquí, no obstante, han sido incapaces de separar los hechos de la mera especulación.

Para empeorar las cosas, no comprenden del todo las disciplinas vampíricas: si un vampiro exhibe una tremenda fuerza física, los inquisidores asumen que todos son igualmente fuertes. Si ven a un vampiro practicando la taumaturgia, deducen que todos los vampiros tienen todas las mismas habilidades diabólicas. Estos errores, en lugar de tener a la Sociedad “preparada para cualquier cosa”, tienden a bloquear a los inquisidores en interpretaciones estáticas de que los vampiros tienen muy diversas habilidades que no pueden ser clasificadas con facilidad. Sin embargo, sí se han percatado de que los vampiros más jóvenes parecen mucho más débiles que los de otros tiempos. Si esto es un hecho o si es que los inquisidores del pasado eran propensos a la exageración está por verse.

En los último tiempos, los inquisidores han comenzado a hacer una aproximación más analítica de su presa. Aunque su celo no ha disminuido, estos han llegado a comprender que no pueden ir simplemente a tontas y a locas, quemando y clavando estacas a los vampiros sin entender primero a qué se están enfrentando. Algunos han llegado a llamar vástagos a los vampiros y su disposición a aprender cuanto les sea posible de la Sociedad vampírica preocupa a los Censores, siempre vigilantes frente a la corrupción.

Los Sambenitos: Según a quién te dirijas, este grupo no existe o es un veneno en el corazón de la Sociedad. Los Sambenito son inquisidores que siguen las creencias de Rafaelle Renzi, el hereje Florentino, y en vez de intentar destruir a los sobrenaturales, intentan ayudarles en lo posible. Sólo se puede ser un sambenito y operar en el seno de la Sociedad durante un tiempo; finalmente, el conflicto de intereses ser demasiado obvio y persistente.
Muchos inquisidores, en uno u otro momento, han meditado en secreto acerca de los argumentos de Renzi. Aunque está por ver si esta tendencia acabará prevaleciendo en la Sociedad o siendo aplastada por ella.

Los hijos de Lázaro: “Jesucristo Nuestro Señor es el único que pudo triunfar sobre la muerte, y sólo por su poder somos capaces de hacer lo mismo”
Para los hijos de Lázaro, los vampiros son culpables de la mayor de las transgresiones al pretender haber derrotado a la muerte misma. La secta preferiría que la Inquisición se centrase más en la eliminación de los vampiros.
Los Hijos de Lázaro son una esta relativamente nueva, fundada a finales del siglo XVII. No obstante sus preocupaciones e ideología llegan directamente al propio Leopoldo de Murnau; la mayor parte de su Testamento se refiere a sus observaciones y creencias acerca de los no muertos. Es más, Leopoldo murió combatiendo a una de estas criaturas, así que la Sociedad por él fundada tiende a sentir una animosidad especia contra los vampiros.
Esta secta es la mayor de todas y también algo extremista. Varios de sus miembros más radicales se niegan a ver con un mínimo de respeto las misiones de otras sectas o Cenacula: los magos, argumentan, morirán de todas formas, como los hombreslobo, pero los vampiros permanecerán con nosotros hasta la Parousia, y son el enemigo más fuerte.

Padres de la Buena Muerte: Este grupo, que admite sólo a sacerdotes completamente ordenados, cree que los vampiros son espíritus malignos anteriores al Diluvio, criaturas inmortales que han engañado a la ley de la muerte poseyendo los cadáveres de los no vivos. La presencia de estos espíritus es la responsable definitiva del declive espiritual de la humanidad. Los Padres de la Buena Muerte tienen la misión de seguir la pista de estos espíritus y acabar con ellos, restaurando el equilibrio de la naturaleza.

  • Un fogón disparado hacia la atmosfera ilumina el sendero ante la aberración de la naturaleza y su morada mientras las tropas comienzan avanzar y adentrarse en ella quemando, destrozando, y acabando con todos los seres de la oscuridad que habitan en aquel tétrico castillo sin darle tregua alguna a su morador principal antes de la caída del astro sol para econtrarle indefenso y a merced de la luz que ilumina el mundo –

Los ruidos fuera de mi morada hacen que despierte de mi muy corto sueño para percatarme que aún es tenue la luz del día bastante débil pero en mi ausencia fuerzas que desconozco arrasan con mi pequeño imperio, lleno de rabía y frenesí tomo armadura y capa en mano armándome de estas y desenvaino mi espada para rebanar sus cuerpos aquellos invasores que colorean las tinieblas ahora de un fulgor candela proveniente de las llamas y las brasas con las cual se consume mi morada, mis esclavos y humanos aquellos e brindado parte de mi poder no pueden contra esta fuerza que devora todo a su paso acorralándome, por primera vez siento un temblor en mis manos y me abalanzo contra su líder del cual se me es separado en la trifulca viendo a mis chiquillos padecer bajo las llamas, sus suplicas y gritos son chillidos de combustión en sus pieles, sintiéndome derrotado por la emboscada y oprimido bajo cadenas, mi mirada busca una victima uno de mente débil y frágil pero todas se notan bloqueadas por la determinación, usar este nivel de técnica talvez no me terminara matando pero si caer en un letargo pero es mi ultima opción, en lo que mis pensamientos reaccionan a una salida encuentro una mente frágil y fácil de quebrajarse y haciendo uso de DOMINACIÓN, llevo al punto más alto esta técnica para volver la mente de aquel muchacho y dominarlo como un TITERE poniendo en su mente lo que deseo que haga ahora lanza suficiente pólvora a las llamas frente a nosotros arrasando todo a su paso la explosión, siento como me desvanezco y los gritos de aquellos humanos siendo calcinados por las llamas, bien merecido se lo tenían por llevar a la muerte final a mis crías, con mi último suspiro me deslizo por una cloaca con mi cuerpo mal herido las voces se desvanecen dándome por extinto y mi agotamiento sucumbe ante mí no-humanidad, despierto de varias horas para encontrar todo reducido a cenizas el sol pronto saldrá y no vestigios de vida ya en este lugar, con mis últimas fuerzas vago por el bosque mundano cayendo en un profundo letargo en un cueva con varios pasadizos quedando sepultado por escombros.

Aturdido y desconcertado observo el rostro horrorizado de un humano con vestimentas muy diferente a las mías, no sé cuánto tiempo habrá pasado y cuanto habrá cambiado todo en mi profundo sueño, la debilidad me invade, pero aún tengo varios reflejos que están por encima de humano ordinario, por cual me abalanzo sobre este mirándolo fijo mi cadavérico rostro lo tiene petrificado y no consigo respuestas de él y justo en su lecho de muerte otro sonido atrae mi atención, por caprichos del destino este desea que tome una vida una bella mujer vigorosa, jovial, puedo sentir como sus venas laten y me llaman a danzar con ella ahogando sus gritos en mi primer bocado casi la condeno a la muerte, sintiendo como la vida regresa a mí ahora es fácil interrogar con un poco de DOMINACION a la mujer manifestándome en la era que nos encontramos la utilizo para salir de aquí, los cambios en esta era me asombran, me sorprenden y me aterran cuan cambiado lo es todo, utilizo mi presa para desplazarme por los paraderos de Europa cauteloso recolectando información es preciso ahora buscar un nuevo destino ya que mi presencia alertaría a más de un poco simpatizante llevándome conmigo a mi bella mascota hasta el nuevo continente.

New Orleans, 1950 – 1990 en estos 40 años re afronte         mis errores del pasado, esta nueva mascarada es menos competitiva que la de antaño, ya la espada no          gobierna los campos de batallas, la tecnología y los  medios de comunicación se han convertido en la vía para conquistar los pueblos, he aprendido suficiente de los seres sombríos de estos tiempos, sin duda   comenzara una nueva era y el linaje Ventrue seguirá inmutable lleno de fuerza gobernando este mundo caótico, soy un ser resucitado de las cenizas probando una vez más la fuerza indestructible de mi linaje ahora junto con mi mentor, recorro bajo del carruaje los pasajes del imponente Castillo que se mezcla con lo moderno en la vieja Alemania, cuantos recuerdos golpean mi mente y nostalgia volver a la vida por segunda ocasión para esta vez cobrar venganza y llenar de terror los corazones de la humanidad bajo el cauteloso dominio del anonimato…

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- Antonio Vivaldi.
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